viernes, 7 de marzo de 2008

El voto soñado

Mañana, 8 de marzo, es el Día internacional de la Mujer (lo de trabajadora me parece un tanto redundante, así que lo obviaré. Trabajar todas trabajamos, otra cosa es que no todos los trabajos estén reconocidos). Dado que este año se han cumplido 100 años del nacimiento de Simone de Beauvoir, pensé en un principio escribir algo al respecto. Pero después caí en la cuenta de que el día de la mujer coincidía con la jornada de reflexión, con lo que encontré la excusa perfecta para hablar, brevemente, de uno de los personajes históricos que más admiro, la mujer que hizo posible que el voto femenino fuera un hecho real en la España de 1931, Clara Campoamor. Brillante abogada y oradora, Clara Campoamor fue la única persona que en el emergente gobierno democrático y progresista de la II República luchó de manera desinteresada por conseguir el voto femenino sin restricciones. A diferencia de otros partidos políticos que lo defendieron por intereses propios, ella creyó en la capacidad de la mujer para ejercer ese derecho. En su contra tuvo, entre otros, a su propio partido político (los Radicales) y a mujeres como Victoria Kent, que afirmaban que la mujer no estaba preparada aún para ejercer ese derecho o incluso que sólo las mujeres pertenecientes a determinadas clases sociales debían hacerlo. La convicción de Clara y su retórica, la pasión con la que defendió aquello en lo que creía y sus argumentos sólidos y convincentes fueron decisivos para que, en diciembre de 1931, se aprobara una Constitución que defendía el derecho al voto femenino sin ningún tipo de restricción. En "agradecimiento", a lo largo de los diversos debates parlamentarios celebrados para ello, e incluso tras establecerse la Constitución, Clara Campoamor tuvo que sufrir la humillación constante y casi diaria en los medios de comunicación de la época y por parte de compañeros (y compañeras) políticos, que la ridiculizaban de manera insultante. Este es mi pequeño homenaje a la mujer que soñó con un mundo más democrático y lo hizo posible.


Tenéis el derecho que os ha dado la ley, la ley que hicisteis vosotros, pero no tenéis el derecho natural fundamental, que se basa en el respeto a todo ser humano, y lo que hacéis es detentar un poder; dejad que la mujer se manifieste y veréis como ese poder no podéis seguir detentándolo.

Clara Campoamor, en el Congreso de los Diputados
1 de octubre 1931

Para saber más (breve bibliografía):

CAMPOAMOR, Clara. Mi pecado morta. El voto femenino y yo. Madrid: Editorial Horas y Horas, 2006.

CAPEL, Rosa Mª. El sufragio femienino en la Segunda República Española. Universidad de Granada, 1975.

FAGOAGA, Concha; SAAVEDRA, Paloma. Clara Campoamor. La sufragista española. 2ª edición. Madrid: Ministerio de Cultura, Instituto de la Mujer, 1986.

FOLGUERA, Pilar (coord). El feminismo en España: dos siglos de historia. Madrid: Editorial Pablo Iglesias, 1988

Discurso de Clara Campoamor en las Cortes el 1 de octubre de 1931


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